viernes, 22 de agosto de 2008

Novedades bajo la puerta


Hoy llegué a casa como de costumbre, puse la llave en la puerta, entré, prendí la luz para no tropezarme con lo que fuese que haya dejado en el piso al irme a trabajar (normalmente la bolsa de la ropa para lavar, calzado, etc.), y tenía un sobre que la encargada del edificio me había dejado debajo de la puerta (por fin se avivó y ya no deja las cartas colgadas del picaporte, al alcance de cualquiera).

Si hubiera sucedido hace 10 años, a lo mejor me habría alegrado pensando que era una carta de algún ser querido, una postal que me envío un amigo de vacaciones de algún lugar exótico, o quién sabe qué. Pero no, como de costumbre, era un sobre con membrete (léase, de alguna empresa que por alguna razón tiene mi nombre, dirección, teléfono, grupo sanguíneo, y vaya quién a saber qué cosas más) y mi nombre asomando por la ventanita. "Sr. Carlos Rivera" decía, así que por lo menos tuve la certeza de que era para mí.

Al principio pensé que era alguna factura a pagar, algún aviso de deuda de Aguas Cordobesas "invitándome" a cancelar el período impago (que seguramente fue porque me olvidé de llevar la factura el día que salgo a pagar las cosas del mes). Era un sobre azul, muy lindo y con el logo de VISA en la parte de arriba. Lo toqué y sentí algo duro adentro (no piensen mal, me refiero a algo más duro que lo habitual en un sobre), con lo cual me di cuenta de inmediato que es el nuevo plástico, ya que la que tengo está por vencer pronto.

Desde que me dieron la tarjeta que uso actualmente hasta hoy, que me envían la nueva, pasaron casi dos años, y en ese tiempo el entonces Banco Río cambió su nombre y su imagen a Santander Río, para estar más a tono con la casa matriz. Debo admitir que estas idioteces me entusiasman. Igual de ansioso que cuando les agregaran un "4" a los números fijos de teléfono hace unos años, o cuando el Correo Argentino anunció el nuevo CPA (que yo pensé que iba a ser algo de uso obligatorio, pero por lo visto es optativo y sólo las empresas lo usan, y debo ser el único ridículo que pone el suyo en su correspondencia personal), cuando Movicom pasó a llamarse Movistar, o como cuando el viejo y querido supermercado Norte pasó a ser Carrefour Express en Catamarca y otras ciudades, también estuve muy pendiente del cambio de imagen del banco que me sangr..., digo con el cual opero.

Finalmente tengo la tarjeta de crédito con el nuevo logo y los colores de Santander. El diseño está muy logrado, con un globo en el que están impresos los nombres de todos los países donde opera el banco (en sus idiomas originales), la palabra "Argentina" en una letra más grande y el fondo rojo, al igual que el resto de la imagen corporativa. Será cuestión de salir a estrenarla (con moderación, por supuesto, no vaya a ser cosa que la próxima correspondencia que me llegue del banco sea un aviso de embargo) el fin de semana comprando alguna cosilla por ahí. Después de todo, un poco de retail therapy no le viene mal a nadie, ¿no?

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Charly Brown esta buenisimo tu blog te felicito y trata de tomar cafe mas seguido asi seguis escribiendo.
Claudette (Kadicard)

Anónimo dijo...

Por supuesto que no le viene mal a nadie. De roja tenés que dejarla violeta, tirando a azulada! Jajajaja!.

Abrazotes,

Gon.-

Anónimo dijo...

Hello querido..!! Me encanto tu blog..."Es re Charly" como diría la Marce.!
Ahora falta que te hagas un fotolog como prometiste..! :)

Anita

Anónimo dijo...

Quien recuerda cuando fue la ultima vez que le enviaron un plastico??? Que tristeza la vida solitaria del ser humano...

Anónimo dijo...

¡Qué productivas tus madrugadas!
Y, Sí.. ¡¡¡Definitivamente RE Charly!!!

Marce